Hoy, 11 de octubre, se conmemora el Día Internacional de la Niña, una gran oportunidad para reflexionar, pues las niñas y jóvenes de todo el mundo siguen enfrentándose a retos sin precedentes en lo que respecta a su educación, bienestar físico y mental, y la protección necesaria para una vida libre de violencia, como el trabajo infantil. Sin embargo, la adversidad trae a menudo consigo el ingenio, la creatividad, la tenacidad y las ganas de salir adelante, como es el caso de Estrella.
Estrella es una joven de 14 años que vive en Oaxaca, en una de las comunidades beneficiadas por los proyectos Equal y el programa Campos de Esperanza y ha sido parte del mismo desde que ella tenía 9 años. Actualmente es parte del grupo de jóvenes, donde tiene la oportunidad de convivir con más personas de su edad: “Lo que más me gusta de venir al grupo son los temas que nos enseñan, por ejemplo, cuando nos hablaron del juveneo, que es una forma de discriminación en la que los jóvenes somos menospreciados o no tomados en cuenta, simplemente por nuestra edad. Los adultos no nos dejan tomar decisiones porque creen que no somos capaces, pero sí podemos hacerlo”.
Estrella vive con sus papás y es la menor de 4 hermanos, su deseo es estudiar derecho y afortunadamente cuenta con el apoyo de su familia. “Entre los retos que tengo son enfocarme en mis estudios, no dejar que me gane a veces el juego o la flojera. Mis papás me han dicho que ellos van a apoyarme para que logre estudiar la carrera que quiero y eso me motiva para seguir dando lo mejor en la escuela”.
Y vaya que ella es un gran ejemplo de cómo las niñas y jóvenes están rompiendo los límites y las barreras que plantean los estereotipos y la exclusión, ella se pone a jugar futbol con sus amigas y amigos, porque las niñas también saben patear el balón. Con una mente innovadora, Estrella está contribuyendo a crear un mundo que es relevante para ella y las generaciones futuras y para muestra está su participación en el mural para sensibilizar sobre el trabajo infantil, donde no solo aportó ideas, también su imagen quedó plasmada. “Para mí es un orgullo ser parte de ese mural, recuerdo cuando nos convocaron para participar, me escogieron por ser de las que tenía mejores calificaciones y hoy en día cada que paso y me veo ahí, es como un logro personal, siento mucha emoción”.
Historias como la de Estrella nos inspiran para seguir trabajando desde Campos de Esperanza y proyecto EQUAL, para promover los derechos de las niñas y jóvenes y atender los desafíos únicos a los que se enfrentan por su condición de mujeres, así como promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos, por una vida libre de trabajo infantil.