Comunicado: El Trabajo Decente para Adultos Contribuye a Eliminar el Trabajo Infantil en Campos Agrícolas

  • Se deben fortalecer los programas sociales específicos para atender a las necesidades de las y los jornaleros agrícolas y espacios de protección a niñas, niños y adolescentes migrantes.
  • En México, hay 3.2 millones de niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años que trabajan; el 30% lo hacen en actividades agrícolas.
  • Mejorar las condiciones de trabajo en el sector agrícola es fundamental para eliminar el trabajo infantil.
  • Alto riesgo de aumento del trabajo infantil en el sector agrícola en el contexto de la Contingencia COVID-19.

En México, de acuerdo con el INEGI, la población de 15 años y más ocupada en actividades agrícolas, es de 5.5 millones de personas a diciembre de 2015. De los cuales 56% son agricultores y 44% trabajadores agrícolas de apoyo (peones o jornaleros). En promedio, los trabajadores pueden ganar 18.5 pesos la hora laborada. Las entidades de Chiapas, Guerrero, Michoacán de Ocampo, Oaxaca, Puebla y Veracruz, concentran 58.7% de estos ocupados en el país.

De acuerdo con World Vision, las y los trabajadores agrícolas laboran en condiciones de trabajo precarias y con escasas o nulas prácticas de gestión de su seguridad y salud, exponiéndose constantemente a situaciones que vulneran su integridad y derechos. En una encuesta realizada por World Vision a 508 cortadores de la caña de azúcar se obtuvo que el 61% de las y los trabajadores fue contratado “de palabra”, presentándose diferentes formas de pago al destajo y 16% desconoce de qué manera se calcula su pago. La mayoría no utiliza equipo de protección personal, encontrándose que al menos el 18% de los cortadores sufrieron accidentes por cortes y heridas leves por el uso de machetes. Los trabajadores desconocen los beneficios de la Seguridad Social a pesar del que el 72% manifestó estar registrado.

Estas condiciones de trabajo y los riesgos ocupacionales a los que están expuestos ocasionan deshidratación, golpes de calor, cortaduras, mutilaciones, trastornos musculo esqueléticos, intoxicación, envenenamiento, entre otros. Las consecuencias a la salud de las y los trabajadores pueden provocar la incapacidad de realizar su labor e incluso la muerte. En consecuencia, si la persona proveedora del hogar se enferma la responsabilidad de contribuir en los gastos del hogar recae en el resto de la familia, incluyendo a niñas, niños y adolescentes.

Debido a estos riesgos y repercusiones, la Ley Federal del Trabajo, define a las actividades agrícolas como trabajo peligroso, y por lo tanto prohibida para personas menores de 18 años. Sin embargo, México ocupa el segundo país con más casos de trabajo infantil en Latinoamérica. En México, existen 3.2 millones de niños y niñas de 5 a 17 años que trabajan, siendo 62.7% hombres y 37.3% mujeres. (INEGI, 2017).

Para abordar estas problemáticas, World Vision implementa el programa Campos de Esperanza, con el propósito de prevenir el trabajo infantil y promover la mejora de condiciones laborales en los sectores de caña de azúcar y café en los estados de Veracruz y Oaxaca. Mediante este programa se ha logrado capacitar a cerca de 3,700 productores y cortadores en temas de derechos laborales, prevención del trabajo infantil, y seguridad y salud en el trabajo, este último incluye hidratación, sombra y descanso, calidad en el corte de caña, buen uso y manejo de agroquímicos, y primeros auxilios. Estas capacitaciones se realizan en coordinación con las organizaciones cañeras (UNPCA, UNC, FIPCA, UCD y URAC), la Cámara de las Industrias Azucarera y Alcoholeras (CNIAA) y cuatro ingenios en los estados de Oaxaca y Veracruz.

“Buscamos la implementación de mecanismos innovadores en conjunto con el sector cañero y cafetalero para avanzar en el cumplimiento de derechos laborales, lo cual incluye capacitaciones a trabajadores, productores y personal técnico”, comentó Magnolia Rodríguez, Coordinadora Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo de World Vision México. “Las capacitaciones ayudan a brindan información para realizar una cosecha y manejo adecuado de la caña de azúcar y del café, reduciendo la incidencia de accidentes, mejorando la productividad, protegiendo a los trabajadores, reduciendo el trabajo infantil y sobre todo contribuyendo a la sostenibilidad de estos sectores”.

En el marco del día Seguridad y Salud en el Trabajo, Oscar Castillo, Director del Programa Campos de Esperanza hace un llamado para atender estas problemáticas: “Se debe continuar fortaleciendo los programas sociales específicos para atender las necesidades de los jornaleros agrícolas migrantes, el acceso a la educación y espacios para el cuidado de niñas, niños y adolescentes que migran con padres y madres. Mejorar las condiciones de trabajo en los campos agrícolas, incluyendo la firma de contratos, el pago de salarios dignos, la mejora de los albergues y la dotación de equipo de protección personal, entre otros. Además de fortalecer los mecanismos de vigilancia que aseguren el cumplimiento de los derechos laborales”.

Además, en el contexto de la contingencia COVID-19, Oscar Castillo hace énfasis en que puede haber un aumento de trabajo infantil debido a la incertidumbre laboral que ha ocasionado la pandemia. “Nos preocupa que la desaceleración económica reduzca las oportunidades de empleo e incremente la flexibilización y precarización del trabajo, es decir un empeoramiento de las condiciones de trabajo. Situación que llevaría a la disminución de ingresos en los hogares y a que las niñas, niños y adolescentes se vean en la necesidad de trabajar para ayudar a obtener el sustento para sus familias, tanto en medio urbano como rural.  Aunado, a la necesidad de reforzar las medidas de protección para que los jornaleros agrícolas que continúan trabajando no se infecten por el coronavirus. Por ello, resulta urgente en el marco de las modificaciones al Presupuesto de Egresos Federal 2020 detonados por la emergencia sanitaria, se incluyan propuestas para asegurar los empleos y las condiciones de trabajo, con énfasis en los campos agrícolas”.

“Para impulsar estas propuestas se requiere de la articulación de los sectores públicos, privado y sociedad civil. Por lo cual, desde World Vision continuamos trabajando de manera conjunta con nuestros socios a nivel nacional, estatal y municipal para prevenir el trabajo infantil y mejorar las condiciones de trabajo. Contribuyendo a la construcción de un México próspero y seguro para nuestras niñas, niños y adolescentes”, afirma.

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