Capacitación en lenguajes artísticos a jóvenes de comunidades agrícolas

El lenguaje artístico abre paso a la creatividad y la imaginación es una forma de expresión que se conforma por diferentes elementos como movimiento, luz, música, imagen, gestos, entre otros. También ayuda reforzar el aprendizaje e invita a experimentar y hacer conciencia sobre nuestro propio cuerpo, emociones y sensaciones. Por ese motivo, en alianza con la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil de la Secretaría de Cultura se capacitó a 69 jóvenes (51 mujeres y 18 hombres) becarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro que ayudan a implementar actividades comunitarias y de educación en el programa Campos de Esperanza, en uso de lenguaje artístico como herramienta de aprendizaje con niños y adolescentes.

Se realizaron tres talleres  se realizaron en el mes de marzo en diferentes estados: “Somos Garabato”, en Oaxaca, para el uso de expresión artística a través del cuerpo, la música y la danza; el taller “Libro Album”, en Veracruz, para brindar herramientas de talleres donde niños y adolescentes puedan participar en diversas expresiones artísticas; y “Grana Cochinilla”, en Oaxaca, donde niñas y niños participaron en un ejercicio lúdico entorno al reconocimiento de su cuerpo y su entorno para acercar el uso del pigmento púrpura representativo de la grana cochinilla, así como su historia. En este último taller, participaron 135 niños y adolescentes de dos escuelas primarias y dos secundarias.

Fotos: Niñas y niños del municipio de San Miguel Soyaltepec, Oaxaca, en el taller de “Grana cochinilla”.

Los talleres se implementaron por parte de especialistas de la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil y en coordinación con socios locales, quienes se basaron en tres ejes: juego, creatividad y lenguajes artísticos, como la danza, el teatro, la literatura, la narración oral, la música y las artes plásticas. Durante las sesiones, los participantes pusieron en práctica sus propias ideas, crearon materiales y propuestas para trabajar con las niñas y los niños en las comunidades.

A partir de estas experiencias, los facilitadores y becarios pondrán poner en práctica lo aprendido a través de las actividades del programa Campos de Esperanza, las cuales brindarán a los niños otras alternativas de recreación y reforzará la importancia de la educación como estrategia para prevenir el trabajo infantil en las escuelas donde los alumnos están en riesgo de deserción escolar. Asímismo, se implementarán en las actividades comunitarias donde asisten niños que no estén en la escuela para que puedan desarrollar nuevas habilidades y herramientas para la vida.

El Taller Somos Garabato me dejó como aprendizaje que el juego debe ser dirigido, inclusivo y divertido, pero sobre todo con un objetivo: el saber qué queremos lograr mediante una buena actitud y disposición, y que tenemos dos herramientas valiosas: nuestro cuerpo y nuestra voz, para desarrollar nuevas habilidades y ponerlas en práctica en el trabajo con las niñas y los niños.”

Briseida Martínez Hernández, 22 años, Oaxaca.​

Se tiene planeado llevar a cabo al menos otros 2 talleres en los municipios Tezonapa y Zongolica en conjunto con la Coordinación de Desarrollo Cutural Infantil.

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