Como parte de la conmemoración del Año Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y cercano a la fecha del día del niño el proyecto organizó una actividad para hacer y volar papalotes. Los niños y sus papás se reunieron en espacios públicos de la comunidad para convivir mientras construían sus papalotes. En el cuerpo de cada papalote los niños escribieron frases con sus sueños y deseos. Volar el papalote se convierte en un acto simbólico sobre lo alto que pueden llegar sus sueños. El evento fue un espacio de convivencia familiar y comunitaria, un momento de creatividad y expresión. Participaron 1642 niñas y niños y 193 adultos.
“Sí me gustó la actividad de los papalotes porque nunca los había volado… aprendí a hacer papalotes y los derechos de los niños”, fueron las palabras de una pequeña participante en la actividad.
El evento tuvo una emotividad particular, las escuelas habían estado cerradas muchos meses como parte de las medidas restrictivas por la pandemia de COVID-19 y los niños confinados a sus hogares. Los niños se notaban particularmente emocionados y contentos, lo que se reflejó en la nutrida participación.
“Esta actividad simboliza cómo se sienten y cómo les afecta la pandemia, que no están en la escuela, no están jugando con sus compañeros, no conviven con nadie”, comentó Julia Ixmatlahua, Coordinadora de campo.
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